Max Weber, Two Figures, 1910 |
De vuelta a Nueva York, Max Weber trajo consigo
el conjunto de pinturas que había realizado durante sus años parisinos, así
como una pequeña colección de arte contemporáneo que incluía una obra de Matisse, copias en blanco y negro de algunas pinturas de
Cézanne, y junto a ello, un pequeño bodegón de Picasso. Es gracias a los detalles
que de la compra de esta naturaleza muerta recogen algunos documentos
conservados, como podemos afirmar que Weber conoció el estudio de Picasso en Bateau
Lavoir mientras estuvo en París.
El interés que Picasso despertó en Weber desde el primer momento, no sólo lo podemos comprobar en la adquisición de sus obras, como la que hemos mencionado, sino también en la pintura que el propio Weber realizaría tanto en sus años en París como en los posteriores. En efecto, mientras los neoyorquinos eran casi desconocedores de ese nuevo arte europeo, Picasso, así como Matisse, Cézanne o Braque, despertaron pronto la admiración de Weber, convirtiéndose en importantes referentes para su pintura.
El interés que Picasso despertó en Weber desde el primer momento, no sólo lo podemos comprobar en la adquisición de sus obras, como la que hemos mencionado, sino también en la pintura que el propio Weber realizaría tanto en sus años en París como en los posteriores. En efecto, mientras los neoyorquinos eran casi desconocedores de ese nuevo arte europeo, Picasso, así como Matisse, Cézanne o Braque, despertaron pronto la admiración de Weber, convirtiéndose en importantes referentes para su pintura.
Three Nudes in a Forest, 1910 The Bathers
Summer, 1909
Obras como Summer (1909), Three Nudes in a Forest (1910) o The Bathers recuerdan sin duda la pintura de Cézanne y de Picasso tanto en la representación del desnudo femenino (alusión clara a los cuadros de bañistas) como en el primitivismo de las figuras, así como en el contorno negro de las mismas y el uso del color, siendo todo ello también fruto de los contactos que Weber mantuvo con el Fauvismo.
Composition with Three Figures, 1908 |
Bather, 1913. |
Ya en la década de los años diez, encontramos en la producción de Weber la influencia directa del cubismo analítico que Picasso y Braque lideraron. De esta forma, en Bather (1913) Weber recurre de nuevo al cuerpo femenino, pero ahora es interpretado a través del facetado y la geometría de las formas, de los tonos verdosos y ocres más bien apagados, concediendo a la composición esa visión múltiple a la que el cubismo aspiraba.
Por otra parte, Weber tampoco pareció mantenerse al margen del posterior cubismo sintético. En Avoirdupois (1915), que representa tal sistema de peso (tal es el significado de “avoirdupois”), introduce algo fundamental que caracterizó al cubismo sintético: la palabra o letras, en este caso “avoirdupois”, que alude a lo representado.
Avoirdupois, 1915 |
Las obras que aquí hemos mencionado son
sólo un pequeño ejemplo de la influencia que no sólo Picasso, sino también
muchos otros artistas que lideraron la vanguardia europea, ejercieron sobre su
producción. Convertido en uno de los artistas americanos más influyentes del
siglo XX, la importancia de Max Weber en el panorama artístico radica en que, gracias
a sus propias pinturas y a las que adquirió de Matisse, Picasso o Cézanne, pudo
dar a conocer este nuevo arte que se extendía por Europa y que para los
neoyorquinos se presentaba todavía poco conocido.
Fuentes:
- VV.AA., Picasso and American Art, Whitney Museum of American Art, 2006
- http://www.museothyssen.org/thyssen/ficha_artista/603
- BALTIMORE MUSEUM OF ART: http://www.artbma.org/search/query/query.idq?CiMaxRecordsPerPage=10&CiSort=rank[d]&CiScope=/&TemplateName=query&CiRestriction=max+weber&HTMLQueryForm=/search/query/query.htx&x=0&y=0
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